El World Press Photo es el mayor certamen fotográfico de índole periodística. Este año dentro de la categoría «Historias» el 1º premio se lo ha llevado Anand Varma con su trabajo Mindsuckers. Éste se centra en retratar los parásitos que para completar su ciclo vital modifican el comportamiento de su huésped de una manera muy específica. Un ejemplo que muchos de vosotros reconoceréis es el del caracol «zombie» que se expone en zonas abiertas y soleadas, mientras dentro de sus tentáculos oculares el parásito se mueve simulando un gusano. Este comportamiento, inducido por el parásito Leucochloridium, es una lotería segura para que sea detectado por los pájaros, el siguiente huésped del parásito.
Me he tomado la libertad de traducir los textos que acompañan las fotografías. Al ser la serie realizada en Norteamérica, el autor utiliza algunos nombres comunes que a nosotros nos pueden resultar un poco extraños. He decidido hacer una traducción de ellos junto con el nombre en inglés, así también repasamos los nombres que nunca viene mal. Si lo veis con falta de rigor científico es debido a que he querido respetar lo máximo posible el texto del autor Anand Varma.
MINDSUCKERS
Los parásitos son a menudo descartados como humildes chupasangres, pero algunas de esas criaturas han desarrollado la increíble habilidad para manipular los cuerpos y las mentes de su huésped. Los anfitriones esclavizados se convierten en guardaespaldas, máquinas expendedoras y en buques de transporte para sus señores parásitos.
Un cangrejo (Sheep crab) es feminizado por un percebe (Barnacle) parásito. Detiene el desarrollo de garras para luchar, y su abdomen se ensancha, proporcionando una matriz que el percebe llenará con su bolsa de la cría. Alimentados por el cangrejo, los huevos eclosionan. Miles de bebés percebes son dispersados para infectar a uno nuevo.
El grillo doméstico (house cricket) pierde su voluntad y su vida ante el gusano de crin (horsehair worm). Las larvas del parásito se infiltran en el grillo cuando carroñéa insectos muertos, entonces crece en su interior. El grillo es terrestre, pero la etapa adulta del ciclo de vida del gusano es acuática. Así que cuando el gusano maduro está a punto para salir, altera el cerebro de su huésped, impulsándolo a abandonar la seguridad de la tierra y a dar un salto suicida en el charco de agua más cercano. A medida que el grillo se ahoga, un gusano adulto emerge, a veces de un pie de largo (38 cm).
Cuando una avispa (Wasp) hembra pica a una mariquita (Ladybug), deja atrás un solo huevo. Después de empollar el huevo, la larva comienza a comerse a su huésped de dentro hacia fuera, evitando cuidadosamente los órganos vitales. Cuando está listo, el parásito emerge y teje un capullo entre las piernas de la mariquita. Aunque su cuerpo es ahora libre del torturador, el bicho (Bug) sigue siendo esclavizado, manteniéndose sobre el capullo y protegiéndolo de potenciales predadores. Algunas mariquitas sobreviven a esta terrible experiencia, regeneran sus órganos, y se recuperan por completo.
Un pequeño anfípodo (Amphipod) vive en la oscuridad de lagos y estanques — a no ser que sea invadido por la larva de un gusano de cabeza espinosa (Thorny-headed worm). Cuando la larva madura, el anfípodo abandona su seguro y oscuro hogar y nada hacia la luz de la superficie. Para el anfitrión es un error fatal. Esperando arriba hay patos y otras aves acuáticas (Waterfowl) con ganas de comer los anfípodos nada más salir del agua. Pero para el parásito — vuelto naranja por los pigmentos tomados desde el tejido de su víctima — es sólo una parte más del plan. Los gusanos de cabeza espinosa pueden crecer hasta la madurez sólo en los intestinos de las aves acuáticas.
Después de que el platelminto (Flatworm) se reproduzca asexualmente dentro de un caracol, su larva encuentra un renacuajo hace una madriguera a través de la piel, formando quistes alrededor de los miembros en desarrollo de la rana. Con las patas adicionales, faltantes o dañadas, la torpe víctima es presa fácil para las aves que se alimentan de ranas como las garzas (Herons). Dentro de la garza, el parásito se reproduce sexualmente. Sus huevos vuelven a entrar en el agua cuando el ave defeca, infectando nuevos caracoles para comenzar otra ronda.
Cuando las esporas de un hongo (Fungus) aterrizan en una hormiga, penetran su exoesqueleto y entra en su cerebro, obligando al anfitrión a dejar su hábitat normal en el suelo del bosque y a escalar un árbol cercano. Lleno a rebosar de hongos, la hormiga moribunda se ancla a una hoja u otra superficie. Los tallos del hongo crecen desde la cáscara de la hormiga y esparcen las esporas en las hormigas de abajo para comenzar el proceso de nuevo.
Los excrementos de las aves recogidos por la hormiga arborícola (Arboreal ant) para alimentar a sus larvas a veces contienen una amenaza oculta: un nematodo parásito. Una vez dentro de la hormiga, el nematodo vuelve el abdomen del hospedador de color granate, de modo que imita una baya madura atractiva para los pájaros. Para hacer a su involuntario huésped aún más atractivo, el nematodo induce a la hormiga a caminar con su abdomen levantado: ¡Ven y cómeme!
La araña sufre una serie de humillaciones a las manos de la avispa parásita antes de finalmente sacrificar al animal. Paralizada por la picadura de la avispa, la araña se encuentra impotente ante la deposición de un huevo en su abdomen por parte de su torturador. Una vez que el huevo eclosiona, la larva se aferra a la araña, alimentándose de sus fluidos internos durante una semana. Cuando esté lista para pasar a pupa, la larva coacciona a la araña a participar en una última acción, un desacertado proyecto de construcción. Rasgando hacia abajo su propia red cuidadosamente construida, la araña teje una nueva que consta de sólo una poscas hebras cruzadas que son reforzadas en la intersección. La larva premia a la araña sorbiendo todo hasta dejarla seca. Entonces teje su capullo en el centro de esta red especial, donde se puede colgar con seguridad fuera del alcance de los depredadores.
Fuente: World Press Photo 2015
Más info: National Geographic